lunes, 21 de enero de 2008

Amores locos

Mi tía Luisa es una fumadora empedernida, de toda la vida. Nadie que yo conozca, sufrió mas la ley antitabaco decretada en la Ciudad de Buenos Aires, como ella. Sufre con cada aumento que se deposita sobre su vicio favorito, no tanto por la plata, sino, como ella dice: "por el hecho".

Muy cerca de la casa de mi tía, existía un kiosco del que ella no era cliente. El motivo es simple: ella respeta la ley, pide que lo demás también lo hagan.

El negocio vendía alcohol a menores y fuera del horario establecido según la normativa vigente, lo que ocasionaba serios trastornos para los vecinos del barrio, cansados de ver a los borrachos apostados por todas las esquinas.

Cierta noche, mi tía se encontró sin su amado vicio y decidió salir en busca de él. El único kiosco abierto era el de "la boliviana". Así que allá se dirigió, por primera vez, contra todos sus principios, motivada únicamente por el placer que el humo del tabaco encendido le provocaba.

Pidió su Marlboro Box y pagó. Pero al revisar el vuelto observó que faltaban 30 centavos. Le hizo el comentario a la dueña del local, quien contestó:
- Yo lo cobro así.
Mi tía dice que en ese momento se le desencajó la cara, le hervió la sangre.
- No lo podés cobrar lo que se antoja, el precio está establecido- contestó.
La kiosquera, sacándole el paquete de la mano y estirándo en la otra los 5 pesos con que mi tía había realizado la transacción le dijo: - A mi me conviene venderlos sueltitos.

Luisa no podía creer lo que pasaba. Volvió a su casa y en un rapto de demencia pasó 2 horas revisando cajones, armarios, carteras, en busca de algún tesoro perdido. Nada.
Extenuada, física y mentalmente, se durmió.

Dice que soñó que tenía un cigarrillo en la boca pero no podía pitar. No le salía.

Se levantó indignada, enfurecida, desquiciada, ansiosa. Salió, compró cigarrillos y recién ahí pudo aclarar las ideas.

Fue a la comisaría, a Defensa del consumidor, juntó firmas y consiguió que el kiosco sea cerrado. Oficialmente, por no respetar las normas de la venta de alcohol en Capital Federal.

El día en que el local bajó las persianas para siempre, Luisa observó con placer la situación desde la vereda de enfrente. La mirada de la boliviana y la de ella se cruzaron en un momento. Luisa encendió un cigarrillo, se acercó a su enemiga y le dijo: Ésto en Argentina, no se puede vender sueltito.

21 comentarios:

hacetuqueja.com dijo...

La historia de tu tía me parecio impresionante, muy buena!
Me parece muy valiente la actitud que ha tomado. Pero hay muchas personas que no pueden dirigirse personalemente hasta la defensoria del consumidor, o la defensoria del pueblo, es por esto que pueden realizar sus quejas en http://www.hacetuqueja.com que despues de admitirlas, seran remitidas a los organismos pertinenetes.
Saludos blogers!

Claude dijo...

Aguante la tía justiciera.
Tengo ganas de lanzar una de esas puteadas exultantes. Lástima que no quede bien.
Chau.

Anónimo dijo...

No entiendo cuál es la importancia de la nacionalidad de la boliviana, no entiendo porqué tu tía no cree que en Argentina, siendo un templo de corrupción, alguien crea que no se puede vender “sueltito”, no entiendo por qué crees que vender cerveza en un kiosco altera la paz pública, no entiendo por qué si tanto respeta la ley finalmente fue a comprar al kiosco que la viola (después de todo el apego a la norma debería pesar más que un vicio… y lo dice otro fumador empedernido), no entiendo por qué empezó a hacer kilombo después que la quisieron cagar a ella y no cuando ella pensaba que estaba mal sin importarle si a ella le quería cobrar más o no.

En fin, no justifico la actitud de la kiosquera, sea de la nacionalidad que sea, pero definitivamente esta entrada tiene un tufillo fascistoide que no comparto. Simplemente porque la justicia o el ansia de justicia no debería depender exclusivamente de accionar cuando a uno le quieren cobrar 30 centavos extras.

Anónimo dijo...

Curdafloja:
Me gusta cuando la gente se "saca" por pavadas irracionales para el resto y hace cosas que no hubiera pensado hacer en otras circunstancias, por eso lo cuento.

Aclaro que era boliviana, porque lo era. Cuál es?

No me interesan tus juicios de valor, ni tus análisis socio-políticos sobre la Argentina.

Y gracias por pasar!

Anónimo dijo...

LA CANDOROSA dice:

¡¡Muy oportuna su tía, doña!!

En cambio yo, con mi don de gente y mi magistral candor, hubiera ido al quiosco munida de un bidón de kerosene, ¡¡¡simplemente a comprar fósforos!!! muajajajaa

(Atenti, que si la quiosquera hubiera sido coreana, autraliana, inglesa, portuguesa, nigeriana, senegalesa, islandesa, estadounidense, puertorriqueña, rusa, irakí, matogrosense, polinesia, argentina o selenita, ¡¡AL KEROSÉN LO LLEVO IGUAL!!!).

Saludos con mi inmenso candor interacial...

Anónimo dijo...

y después dicen que fumar hace mal! guajajajaja

Anónimo dijo...

Qué cabrona... Merecido lo tenía la kioskera. Y tu tía los tiene bien puestos. bien por ella!

Claude dijo...

Morella, muy buena réplica a "Curdafloja".

Anónimo dijo...

Claude, veo que comprendes de que se trata todo ésto.
Besos

Nico dijo...

La venta de cigarrillos sueltos no está prohibida por defensa al consumidor sino por motivos de salubridad -es más fácil fumar-. De modo que si no fuera por las presiones de los ambientalistas, la venta de cigarrillos sueltos no sería ilegal. Personalmente creo que la quiosquera debería poder vender los cigarrillos al precio que se le ocurra. Si le compran, por algo será y si consiguen en otro lado más barato, pues que se joda la quiosquera.
No me parece mal, sin embargo, que se queje la tía cuando el zapato le aprete a ella, aunque me parece egoista e individualista; pero en definitiva eso hacemos todos (es la condición humana).
Se equivoca la tía cuando le dice a la quisquera "esto en Argentina no se vende sueltito". La prohibición de vender sueltos está incuida en las leyes antitabaco que son locales y no nacionales. Debió entonces decir "esto en Buenos Aires no se vende sueltito", con lo cual hubiera quedado como una porteña chota -quizás lo es, a tenor de su reacción-. Igualmente, qué paradoja, pidió ella misma la aplicación de la ley que tanto pesar le causa.
Finalmente la frase "esto en Argentina no se vende sueltito", es un poco como decirle "bolita de mierda que te creés, esto es un país serio", lo cual demuestra la tendencia fascista de la tía (seguramente como de muchos Argentinos de su generacíón, que no por nada pasaron aca las cosas que pasaron).
Interesante el blog, aunque tiene como una pátina de resentimiento...
Saludos,
N.

Anónimo dijo...

Nico:

Interesante tu análisis.

Pero te equivocás cuando decís que en este blog hay resentimiento. En este blog hay historias, lo siento de verdad por el que no lo entiende así.

Rockero Hi Fi dijo...

Que la tía Luisa se saque la gorra.

Anónimo dijo...

Dime que tiene que ver la nacionalidad de la vendedora con todo el asunto... y concuerdo plenamente con curdafloja cuando dice que la tipa denunció el hecho cuando se volvió personal. Antes de eso le habia valido un comino que vendiera cigarros a menores. Fue un acto de revanchismo absluto... venganza al estado puro..
No pongo en duda tu habilidad narrativa ni tu eventual sentido del humor, pero me parece que en esta ocasión te pasaste.
Además, no puedes decirle a alguien que te lee que no te interesan sus juicios de valor ni sus análisis cuando precisamente estás escribiendo un texto que hace juicios de valor y análisis y además es un sitio público en el que la gente suele comentar.

Si me preguntas a mi, tu aclaración de la nacionalidad y el comentario "esto en Argentina no se vende sueltito" es racista y xenofobo... Y en argentina hay muchas cosas que se venden "sueltitas", porque es un lindo pais y tal, pero también es cuna de una corrupción ancestral y profundamente arraigada en sus habitantes y gobernantes.

Un saludo

Anónimo dijo...

Martina:
Ante todo gracias por destacar mi habilidad narrativa y sentido del humor. Sinceramente creo que lo segundo me encaja mucho mejor que lo primero, pero gracias de todos modos.
En cuanto a la nacionalidad de la comerciante todavía no encuentro por qué ofende tanto. Era boliviana, por qué no aclararlo? Si hubiera sido inglesa creo que nadie hubiera reaccionado, o sí, pero no en contra.
Tenés razón cuando decís que la historia suena mucho a venganza, de hecho lo es, en ningún momento dije que la boliviana se lo merecía ni nada por el estilo. Eso lo creyó mi tía, por eso hizo lo que hizo. Y yo rescato que se salió con la suya, es lo único que me interesa.
En cuanto a que no me interesan los juicios de valor, lo mantengo. Igual no borro ningún comentario, cada uno que diga lo que quiera.

Saludos y gracias por pasar.

Anónimo dijo...

Yo no hubiera ido a defensa del consumidor, hubiera ido a la embajada de bolivia para que la deporten!!porque seguramente era ilegal, es mas estoy segura de eso, porque en un momento de mi vida vivi cerca del kiosco de la boliviana. Este episodio es muy light, con todos los que he presenciado duranta mi estadia en ese barrio. Q persona desagradable!! Ella como todos los de su nacionalidad, y no me digan que soy racista...defecan en la calle!!por dios santo!! a que persona que haga eso se la puede tratar con respeto?

Anónimo dijo...

MAlo el relato, ojalá me encuentre con vos y tu tía alguna día así les canto 4 verdades

Anónimo dijo...

Justiciero:
No sé quién sos, desde tu anonimato encubierto podés decir cualquier gansada.

Anónimo dijo...

Ay ay ay por favor!Es buenisimo el relato, porque le aparece el humanismo a todo mundo en cualquier lugar y circunstancia descabellada? Es algo echo para reir, no para ponerse asi!
Generalmente lo loco,y lo que hace reir (a mi entender), tiene algo de ridiculo, de grotezco, de poco racional, no??!!

Unknown dijo...

La kiosquera se lo merecía...así hubiera sido francesa, japonesa o lituana...el fumar es perjudicial para la salud pero un cigarrito no se le niega a nadie...

AHHHHH...y a todos los que se indignan con ciertos pasajes del relato...dont berry is ficción...

Henrieta R. Hipo dijo...

No me parece heroico para nada. Estoy de acuerdo en casi todo con curdafloja, en definitiva tu tía dejó a una persona sin trabajo por 30 centavos según lo que entendí.
Yo también fumo y nunca haría algo semejante por tener que quedarme una noche sin fumar.

Anónimo dijo...

Ya estoy cansada de los comentarios pelotudos y desubicados. De la gente que no tiene sentido del humor, de todos los que quieren hacerse los buenitos escribiendo dos boludeces en un blog de mierda como el mio y piensan que así se van a ganar a ganar el cielo. De los que esquivan General Paz a la altura de Liniers, porque no se bancan el olor a boliviano, o peor, nunca pasaron por ahí y ni idea de que les hablo.
Son muy generosos? son muy humanitarios?. No pierdan su valioso tiempo aca, vayan a la villa a hacer caridad, adopten a un boliviano indocumentado, abran un comedor comunitario. Vayan chicos, vayan... Argentina los necesita.